2 de julio
Conmemorado por primera vez en 1923, el Día Internacional de las Cooperativas, que se celebra cada año el primer sábado de julio, tiene por objetivo difundir masivamente los logros del movimiento y los ideales de la solidaridad internacional, la eficiencia económica, la igualdad y la paz mundial.
El lema de este año: “Cooperativas: el poder de actuar por un futuro sostenible”, se ajusta a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en septiembre de 2015 por Naciones Unidas, y nos recuerda el protagonismo de la tarea solidaria en el cuidado de nuestro planeta, como legado para las generaciones futuras.
Este año, se apunta a mostrar la contribución de las cooperativas al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El eslogan fue elegido por el Comité para la Promoción y el Progreso de las Cooperativas (COPAC).
El Día Internacional de las Cooperativas, también tiene como objetivo fortalecer y ampliar las asociaciones entre la cooperación internacional, el movimiento cooperativo y otros actores, incluidos los gobiernos, a nivel local, nacional e internacional.
Principios y valores cooperativos
Las cooperativas, son un muy buen ejemplo de eficiencia y trabajo en equipo, teniendo como base de cumplimiento la doctrina que establece principios y valores.
Los argentinos sabemos que uno de los aspectos que más perjudica y entorpece el desarrollo de nuestro país, está dado por la recurrente falta de un plan orgánico con metas claras, que sean conocidas por toda la población y que sea sostenido en el tiempo, independientemente de las personas que asumen el compromiso de gobernar.
En el sentido señalado, el cooperativismo también puede erigirse en ejemplo del cumplimiento de una buena planificación sostenible en el tiempo, para su mayor desarrollo.
Deberemos trabajar mucho para restablecer la confianza entre nosotros mismos, factor esencial para llevar a cabo todo lo demás. Como también recuperar el concepto de la previsión, que lamentablemente cuenta con un enemigo recurrente que es la inflación.
El individualismo que nos caracteriza impide obtener mejores resultados al no permitir trabajar en equipo en la mayoría de los casos, y aunque está muy arraigado fuera del cooperativismo, a veces también entorpece el trabajo dentro de nuestro sistema por ser opuesto a la cooperación.
El fortalecimiento del esfuerzo propio, que es uno de los valores en el que se apoya el trabajo cooperativo, ha sido debilitado por el facilismo impuesto en varios ámbitos sociales y de la actividad productiva; y ocasiona un daño que sin duda será muy difícil erradicar porque erosiona la cultura del esfuerzo y la del trabajo. Es tiempo de reemplazar, aunque sea en parte, la ambición de obtener grandes recursos económicos en poco tiempo, sin importar las consecuencias perjudiciales de carácter social, por el de trabajar con responsabilidad anteponiendo a los seres humanos por encima del interés económico para lograr el bienestar general de la población.