El cooperativismo en tiempos difíciles

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En el país, las cooperativas desarrollan sus actividades con un contexto que se caracteriza por la complejidad de las regulaciones y las dificultades derivadas de las medidas aplicadas a nivel nacional.

Las restricciones a las importaciones y exportaciones que afectan a las actividades productivas de casi todos los rubros; la irrealidad del mercado cambiario; la aplicación en el servicio de atención de las mismas exigencias y regulaciones que se aplican a las empresas lucrativas de medicina prepaga; la intención del Banco Central de regular la actividad financiera de las cooperativas y mutuales; el atraso en las tarifas de los servicios públicos que ha puesto en situación crítica a muchas cooperativas, que abastecen a casi todo el interior de nuestro país de importantes y vitales servicios, por citar a algunas de las dificultades.

A todo ello, debemos agregar el daño que causa al cooperativismo, la desnaturalización llevada a cabo en los miles de emprendimientos creados por el Estado para disimular la desocupación, ya que les asegura un ingreso mensual a los integrantes de los mismos con dinero que recauda para otros destinos.

Más aún, hay que agregar el comportamiento contra las Cooperativas, que ha sido adoptado por algunos Gobiernos provinciales, y también existen casos de incumplimiento de pago de deudas contraídas con las mismas por el suministro de servicios públicos.   

Lamentablemente, todo esto no es nuevo, lo que hace más comprometida la situación, porque una adversidad puede superarse, pero una sucesión de adversidades que se prolongan en el tiempo provoca daños que pueden ser irreversibles.

Pese a todas las problemáticas, no se empañan los logros que el cooperativismo ha conseguido. Ya que da soluciones a comunidades enteras, y por supuesto a los trabajadores que encontraron en esta forma asociativa la posibilidad de producir bienes y servicios.

Son indiscutibles las ventajas que tiene el asociativismo cooperativo. Con la suma de esfuerzos pueden lograrse los más importantes, difíciles y complejos objetivos.

El sector debe cuidarse a si mismo, porque nadie enarbolará sus banderas con legítimo interés, de la manera que lo pueden hacer sus miembros. Tenemos la convicción de que esta batalla vale la pena y que no hay que ceder lo que legítimamente les pertenece.

 

Fuente: Mundo Cooperativo